El rápido avance de la tecnología y las comunicaciones en los últimos años está teniendo su reflejo en una sociedad cada vez más conectada con nuevas necesidades que hasta hace poco eran impensables.
Los smartphones han tomado un papel central en nuestras vidas y cada vez nos valemos de ellos para resolver tareas cotidianas. De manera complementaria, los asistentes de voz han irrumpido con fuerza en numerosos ámbitos y están representando un nuevo impulso en la tecnificación de nuestra sociedad.
Los fabricantes apuestan cada vez más por este tipo de asistentes, los cuales ya estaban muy presentes en móviles y tabletas, y que ahora dan el salto a nuestros hogares... Y no, no sólo los usaremos para reproducir música o conocer qué tiempo va a hacer. Ahora podemos disponer de muchas otras utilidades, pero ¿les sabremos sacar realmente partido? ¿serán una alternativa real o se quedarán en una moda pasajera?
Dentro de este contexto, el sector residencial se enfrenta a un reto importante. Las nuevas generaciones ya no entienden una vivienda sin conexión a Internet. El hecho de que la vivienda esté conectada y que sus funciones básicas puedan ser controladas desde un smartphone o asistente de voz se está convirtiendo en una condición cada vez más útil, necesaria e imprescindible.El sector de la vivienda se encuentra por tanto ante este reto que tendrá que superar para adecuarse a estas nuevas necesidades.
En esta edición del